Vanityfair ha escrito un artículo en su sitio web: "Britney y la tragedia, cronología de las desgracias en la familia Spears"
El accidente de la sobrina de Britney Spears, del que afortunadamente se recupera, se suma a una lista de tragedias familiares que incluyen el suicidio y la enfermedad.
La familia de Britney Spears no parece pasar –otra vez– por sus mejores momentos. El pasado domingo la hija de su hermana Jamie Lynn sufrió un accidente en una propiedad de la familia, estuvo a punto de ahogarse y, desde entonces, se mantiene ingresada en un hospital (aunque su pronóstico ya no es grave). Aunque las circunstancias sobre el suceso de la pequeña Maddie todavía no se han aclarado –la última teoría de la revista People habla de que podría haber ocurrido mientras conducía un vehículo no apto para su edad como este en presencia de su madre y de su padrastro– una noticia como esta vuelve a poner algo de manifiesto: la facilidad con la que la tragedia se ceba con la familia de los Spears. Porque además de las dificultades que atravesó Britney a partir de su divorcio en 2006 y que todos conocemos, sus otros familiares no se han quedado atrás en desdichas.
Una de los sucesos más trágicos se remonta décadas atrás, aunque fue sacado a la luz hace diez años en una entrevista que el ex abogado de Britney concedió a la revista US Weekly. En ella Eric Ervin, que había trabajado con Spears desde que era una adolescente, soltaba varios dardos envenenados contra la artista, como que había perdido la virginidad a los 14 años o que su relación con Justin Timberlake fue bastante más sexual de lo que hizo creer a sus fans, pero lo más llamativo fue la historia de su abuela materna, Emma Jean Forbes.
Al parecer, y siempre según las informaciones de Eric Ervin, la madre del padre de la cantante se suicidó en 1966 en Louisiana a los 31 años pegándose un tiro en el pecho frente a la tumba de su hijo, que había muerto siete años atrás a los tres días de nacer. Según la revista, Emma había intentado quitarse la vida hasta tres veces desde que su hijo murió y su suicidio dejó huérfanos a sus cuatro hijos, entre ellos el padre de Britney, Jamie Spears, con ocho años. Aunque no se pueda decir que esta trágica historia afectara a la vida de la cantante –ella no había nacido–, el abogado aseguraba que abocó a la familia de los Spears prácticamente a la indigencia, que todos los hermanos se dedicaron a cometer delitos de poca monta durante los primeros años para sobrevivir y que dos de los tíos de Britney acabaron viviendo en la calle.
LA MUERTE DE SU TÍA Y SU CAÍDA A LOS INFIERNOS
La familia de Britney nunca se encargó de desmentir ninguna de las afirmaciones del ex abogado. Si bien es cierto, no sabemos si porque eran falsas o porque este fue un annus horribilis en el que estaban más ocupados con otras cosas. Además de que Britney acababa de divorciarse de Kevin Federline y ya comenzaba a dar signos de comportamiento errático, ese año tuvo lugar otro de los peores sucesos que marcarían para siempre a la cantante: la muerte de su tía Sandra Bridges. La hermana de su madre, Lynne, falleció a finales de enero tras años luchando contra un cáncer que, según publicaba la revista People de la época, había marcado a toda la familia y especialmente a Britney. "Sandra es como una segunda madre de Britney", había llegado a decir Lynne sobre la cercanía entre su hija y su hermana. Durante todos esos años, la madre de Britney se dedicó a cuidar de su hermana enferma mientras que Britney, a pesar de tener ya una incipiente carrera en el mundo del pop, ayudó a cuidar a su hermana pequeña Jamie Lynn.
Britney acudió al funeral de su tía en Luisiana pero abandonó la ciudad rápidamente. ¿El motivo? Apenas se hablaba por aquel entonces con sus padres, que pretendían ingresarla en una clínica de desintoxicación. Y a partir de la muerte de su tía todo fue a más. Seguro que recuerdan la imagen de Britney saliendo de una cafetería a punto de dejar caer al suelo a su hijo Sean Preston delante de decenas de cámaras para luego esconderse a llorar en un burguer. O esas en las que se rapa la cabeza ante la mirada atónita de los periodistas.
O las imágenes en las que trata de agredir a unos paparazzis con un paraguas. Todas ellas tuvieron lugar muy pocas semanas después del entierro de su tía Sandra. Algunos medios llegaron a hablar de un intento de quitarse la vida –nota de suicidio incluida– con una sábana en la clínica de desintoxicación en la que fue ingresada.
Años después y habiendo recuperado su vida, su carrera y la custodia de sus hijos, Britney parece estar ahora viviendo otra pesadilla con el accidente de su pequeña sobrina de tan solo ocho años. Ha pedido a sus fans que recen por la niña a través de su cuenta de Instagram y parece evidente que estaban muy unidas haciendo una simple búsqueda de las noticias en las que Britney habla de ella: la ha sacado jugando con sus pelucas, vestida como ella en Baby One More Time o en fotos con sus propios hijos. Las últimas noticias hablan de que Maddie se encuentra estable dentro de la gravedad del accidente y que incluso podría haberse despertado y puede hablar. Afortunadamente, este episodio no se sumará a la historia de la tragedia en la familia Spears.
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